Esta sesión de formación, a la que todos nuestros modelos participan por pequeños grupos, tiene dos propósitos: la interpretación, y la pérdida del ridículo.
Ya sabemos que modelar para moda y para publicidad supone ciertas habilidades interpretativas. Pero también nos damos cuenta que los modelos principiantes se frenan a la hora de «darlo todo», por cierta vergüenza social, y miedo al «qué dirán de mi».
Ponerse en la piel de un animal ayuda a ambas cosas: interpretar y perder miedo al ridículo.
Puesto que uno siente en ridículo cuando los demás se ríen de él, pero si eres capaz de reirte «de ti» mismo, nadie se reirá de tí, como mucho se podrán reír «contigo».
En esta sesión, los alumnos aprenden, y se lo pasan en grande. Doble beneficio ¿no?
